Sobre encasillarse (o la historia del rosa y el azul)

Yo no recuerdo ser presumida de pequeña. No recuerdo vestidos rosas en casa. Sí recuerdo alguna señora que me regaló un estuche con joyas y pinturas y que no mi hicieron ni pizca de gracia. 

A parte de mi experiencia personal (que es eso: personal e intransferible) tengo un poco la sensación que en lo que se refiere a la más tierna infancia la diferencia de roles se ha acentuado estos últimos años. En las tiendas, desde los primeros meses la ropa está separada por sexos. Los juguetes, los dibujos de la tele...todo entra dentro del esquema binario: hombre/mujer. 

Los colores que lo simbolizan son el rosa y el azul. Algunos habréis leido por Internet los estudios de la historiadora Jo Paoletti al respecto. Parece que, como casi todo, esto no es más que una invención de marqueting relativamente reciente. 



Esta asociación de colores (rosa para niñas y azul para niños) surgió a mediados del siglo XX. No es casualidad que sean los años 50, justo el momento de surgimiento del consumismo de masas y de la invención del marqueting. La serie MadMen nos da una idea bien clara de lo que fúe ese período. Había que buscar categorías, lugares en los que la gente se pudiera sentir identificada, para vender más. 

¿Había que vender ropa para bebés? Pues inventemos una necesidad, expliquémos a la gente cúal es el color que necesitan su hijo y su hija. Construyámos su identidad desde los primeros días de vida. 

En los años 80 la tradición ya había fraguado en todo el mundo occidental y parecía que siempre había estado allí. Ahora los padres lo tenían claro cuando iban a una tienda. Si era niña todo lo compraban rosa y si era niño azul.

El problema de esta moda es que nos encasilla. Como todo lo que tiene que ver con el sexo. Parece que desde que nacemos solo podemos ser o rosas o azules. 

Parece que te pregunten y tú ¿de que bando eres? Empezamos con un inocente color pero después tenemos que escoger si somos del bando de las muñecas o de los coches, si vamos a ser de los "jugadores de futbol" o de las "danzarinas" (y ya de más mayores quien te tiene que gustar, claro). Desde bien temprano nos cuentan quiénes somos y como seguir los esquemas con propiedad. En los dibujos de la tele no hay muchos ejemplos de gente peculiar, de niños que no se amoldan a los esteriotipos.

El mundo gira entrono a ese binomio.

Yo tengo una niña (y otra de camino) y me preocupa un poco este tema. Mi humilde respuesta a esta situación es dar alternativas. Enseñarle a mi hija que hay más colores. Comprarle ropa verde, roja, morada (y azul y rosa también). 

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Enseñarle ejemplos de gente que hace mil cosas diferentes, mostrarle dibujos con niñas que no hacen cosas de niñas y niños que no hacen cosas de niños.  A ver si así puedo conseguir que sea consciente que los límites a sus gustos, apetencias y personalidad los debe poner ella. Que puede ser lo que quiera y como quiera. Difícil tarea.
 

2 comentarios:

  1. Muy difícil tarea, sí!! Es como luchar contra los elementos!!
    Pero yo en mi casa, tambien intento transmitirle lo que aquí apuntas. Pero es difícil!

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    1. Imaginate si es dificil, que hasta a mi me cuesta...a todos, la verdad. Nadie está a salvo 100% de estos valores.

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