Esta semana la estamos dedicando al mundo de la lectura y de los libros. El lunes hablamos de las mujeres que leen.
Para poder leer, alguien tiene que escribir, ¿verdad? Pues bien, hoy os presento el primer documento conocido escrito por una mujer. Se trata de una correspondencia de época romana.
En la Gran Bretaña romana se construyó una importante fortificación llamada Muralla Adriana que quería protegir la parte romana de la isla de las incursiones de los pueblos autóctonos. A lo largo de toda la fortificación había regimientos del ejército romano acuartelados en varios Fuertes. En uno de ellos, en el transcurso de la una excavación en 1973 se descubrió una documentación excepcional, las conocidas Tabletas de Vindolanda. Son inscripcions en madera, con tinta de carbón y fechadas entre los siglos I y II dC.
Dibujo en 3D de como debió ser uno de los Fuertes de la Muralla Adriana |
En estos documentos se han encontrado escritos relacionados con asuntos militares y mensajes personales dirigides a los militares y a sus familias. Son lo que hoy en día considerariamos corresondencia personal del acuartelamiento. Pocas veces la documentación nos permite acercarnos a la intimidad del día a día en épocas tan antiguas.
Hoy conoceremos a dos mujeres.
Suplica Lepidina, mujer de Flavio Cerialis, perfecto de la novena Cohorte de Batavianos y a su hermana Claudia Severa, de quien conservamos dos cartas encontrades en la casa de Suplica. Leámoslas.
Fotografia de una de las tablillas |
11 de septiembre, hermana, el día de mi cumpleaños, te
envío esta invitación para asegurarme que estarás aquí con nosotros, haciendo así
más agradable mi día si tú estarás presente. Saluda de mi parte a tu Cerialis.
También lo saludan mi Aelio y mi pequeño hijo. Te espero, hermana.
Adiós hermana, mi alma más querida. Te saludo.
La segunda carta no está tan bien conservada y hay algunas
partes que no se han podido leer, como veréis ...
Tal y como hablé contigo, le he pedido a mi marido Brocchus y podré ir contigo. Le pregunté y él me respondió que no tenía ningún problema en permitirme ir contigo, junto con (... ..) para ir contigo como sea. Para venir hay ciertas cosas esenciales que (....). Recibirás las cartas donde te indique lo haré (...). Permaneceré en Briga.
Adiós a mi hermana,
mi más querida y deseada alma.
Estos son los textos
más bien conservados de Vindolanda. Es también la primera vez en la historia
que se reconoce una mano femenina que escribe. No será la última. Aquí estamos
nosotras, ¿verdad? Con un teclado, eso sí!
En la primera carta
conocemos los preparativos para celebrar su cumpleaños y sabemos que tenía una
pequeña familia compuesta por el marido y un hijo.
En la segunda sabemos
que Claudia tiene intención de hacer un viaje para ver a la hermana. Parece que
Claudia irá acompañada pero no se puede leer por quién. Yo pienso que debía ser
su hijo (quien sino?). También hace ciertos preparativos, lástima que no
sabemos cuáles eran esas cosas esenciales que pedía para hacer el viaje. ¡Todas
sabemos qué lío esto de viajar con niños! Quizá Claudia también lo sabía y le
pedía a la hermana que tuviera ciertas cosas preparadas.
Son emocionantes para mí estas cartas. Se me hacen muy
cercanas a estas mujeres. Madres, hermanas, escritoras, con vida social y
cierta autonomía. Tienen hijos.
Claudia era madre y
muchas otras cosas.
Como nosotros, sólo
que 1900 años antes ... ¡tampoco es tanto!
(Los textos se
encuentran todos en línea en una página muy completa, os paso el enlace;
Vindolanda Tablets Online. Las traducciones al castellano las he hecho yo misma
con mucha libertad, es decir, adaptándolas algo para hacerlas más comprensibles.
Si encontráis algún error de peso avisadme, que mi inglés no es nada del otro
mundo...)
Realmente apasionante porque es como bien dices, acercarse a las mujeres de la vida cotidiana, a mujeres normales, anónimas pero cuya historia es igual o más interesante que los nombres de los grandes personajes
ResponderEliminarCada vida que ha pasado por este mundo ha dejado su granito de arena y todas tienen interés. ¿Verdad?
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