La historia de la alcoba

Hemos estado de mudanza. Dicen que las épocas de mudanza son de los momentos más desestabilizadores en la vida. Si a esto le añadimos dos niñas, una de 3 años y otra de tres meses, la mudanza se convierte en un auténtico reto familiar.

Podríamos decir, en cierta manera, que el reto está siendo superado y ya, más o menos, todos los integrantes de la familia nos estamos sintiendo a gusto en nuestro nuevo hogar. 

Es importante tener un espacio al que llegar cada día, donde te sientas cómoda y tranquila, ¿verdad? Yo, conforme me hago mayor, cada vez le doy más importancia. 

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Será casualidad, quien sabe, pero en estos días de movimiento he estado leyendo un libro titulado Historia de la alcoba.

Alcoba, que bonita palabra, ¿verdad? Parece ser que es de origen árabe y sería una sinónimo de hogar. Hoy en día, como todos sabéis, es una de las maneras de llamar al dormitorio. 

Su historia tiene miga y, aunque esperaba un poco más de profundidad en el libro, si que su lectura me ha hecho pensar y, lo más imporante, ¡me ha dado munición para el blog! 

Porque la historia de la alcoba, es la historia de la intimidad, es la historia también de los sueños y, en definitiva, de las relaciones íntimas. 

Hay tantas formas de dormir como culturas y gentes hay en el mundo. Dormimos juntos, revueltos, separados, solos y más...

Si nos fijamos en occidente, la mayoría de casas están organizadas siguiendo el esquema que siguieron las familias burguesas en el s. XVIII o XIX. Es un esquema que intenta acomodarse a los nuevos usos de la intimidad y la individualidad que demandaba la cultura burguesa de esos tiempos. Pero no solo eso, las nuevas ideas sobre la decencia y la salubridad tambien influenciaron en los planos de la casa y los lugares para dormir. 

En el libro se cita un texto interesante, de 1851 publicado en Illustred London News (p. 146)

"Los dormitorios, en total tres, atienden a la separación que, en una familia, es tan fundamental para la moralidad y al decencia (...). Los dormitorios para niños tienen, cada uno, 50 pies cuadrados y dan al cuarto de estar, lo que permite a los padres ejercer vigilancia sin amontonamiento malsano que ocasiona el uso del cuarto de estar como dormitorio"

Aunque, como he dicho en algun otro artículo la leyenda negra del colecho, viene de antiguo, es en esta época donde se acaban de afianzar los usos y costumbres actuales respecto la hora de dormir. 

Dormir, ese verbo tan utilizado por las mamás y papás de criaturas...


El librito tiene otros datos interesantes. Ya os iré contando en próximas entregas ;)

Feliz semana mamás, papás, hijos e hijas! 

2 comentarios:

  1. Lo compraré, se me hace muy interesante :)

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    1. Si lo haces, cuéntanos tus impresiones en el blog!

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